¿Que es el amor?

En primer lugar, toda la vida afectiva o del corazón, por su carácter propio, es más apta para ser sentida que para ser explicada, y para hallar su adecuada expresión en la música y no en la palabra. Y más aún cuando se observa que la natural evolución del sentimiento va desde el paroxismo en su desarrollo, llegando a la pasión, que no halla nunca signos para exteriorizarse en el lenguaje articulado. Por eso que al hablar del sentimiento y del amor, el lenguaje se convierte de natural en tropológico y figurado, y que la exageración inherente a la intensidad de los afectos contrariada por la discreción de la palabra, obliga a usar y abusar del ditirambo y de los símiles más o menos violentos.

El amor es el asunto eterno de la Poesía no así para la Ciencia y para la Filosofía donde aparece siempre rodeado de mitos y símbolos.

Tambien el amor se define como pasión o afecto grande que una persona siente por otra.

¿De dónde proviene?

La genealogía mítica del amor, en medio de sus múltiples y aun contradictorias referencias, ofrece un carácter común: el de atribuir el origen del amor a personificaciones de la belleza, del valor, del placer, de la astucia o de alguna de las cualidades que más resaltan en este sentimiento tan complejo. De interés puramente histórico y aun erudito, todas estas encarnaciones fantásticas de algunas de las cualidades del amor deben, sin embargo, ser mencionadas como otros tantos elementos que han influido en la antigüedad clásica, en la Edad Media y hasta en la época del Renacimiento, para determinar la serie de transformaciones que en el decurso del tiempo ha sufrido el sentimiento del amor. A ello han contribuido en primer término estas creencias y representaciones míticas, unidas al elemento intelectual, latente siempre en el sentimiento del amor, de cuyo elemento procede (o a la inversa él procede) la distinta consideración que en la historia y en la sociedad ha merecido la mujer como principal personificación del amor, señaladamente desde la Edad Media. Las creencias míticas y las religiosas, el elemento intelectual y la consideración más o menos respetuosa a la mujer; tales son los factores que determinan la evolución del amor en la historia y en el arte.

El amor clásico, propio de la antigüedad grecorromana, en la cual la mujer es casi únicamente instrumento de placer, y el más íntimo y profundo amor es el universal, sucede el amor caballeresco y cristiano de toda la Edad Media, y al cual contribuyen en primer término el cristianismo, el sentimiento de la individualidad y de la dignidad, propios de los pueblos bárbaros, y la más alta consideración de la mujer, elevada, si no al igual del hombre, a la categoría de depositaria del honor y de la vida. «Mi Dios, mi dama y mi honor;» es la fórmula que condensa todo el amor caballeresco y cristiano.


Bibliografia:

* Aristos, Diccionario ilustrado de la lengua española, Sopena.
* http://www.filosofia.org/enc/eha/e020093.htm



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